BLOG NATURAL
Por Daniel Guzmán
Toda técnica o forma
de aplicar la hidroterapia, se basa en el mismo principio: La reacción de calor que genera el cuerpo contra el frío del
agua, este último no es el que da la salud, sino que el agente curativo es la
misma naturaleza que actúa ante el estimulo que desencadena el mecanismo que da la curación, “eliminando” los residuos
tóxicos por medio del calor, ósea activando el cambio orgánico.
Debidamente aplicada sobre la piel, el agua
fría nos normaliza porque despierta la actividad funcional del organismo; mediante
una reacción térmica que provoca la expulsión a la superficie de cualquier congestión
del interior de nuestras entrañas, como la fiebre gastrointestinal, de la cual
hemos hablado bastante en entradas anteriores. Favoreciendo la expulsión de las
impurezas de la sangre por los poros. Comparando con otros métodos un poco más
tediosos, podemos decir que la reacción que generamos con el agua fría equivale
al efecto de una ventosa que saca la congestión e impureza interna al exterior.
Ahora, como dijimos
en la entrada anterior, para mejorar resultados, debemos agregar otras terapias
o acciones como realizar respiraciones profundas después de una sección de hidroterapia para favorecer
el cambio orgánico.
Algo que debemos
aclarar es que la hidroterapia, hay
que conocerla bien o asistirse
por una persona especialista en el tema, debido a que muchos cometen el error
de realizar un baño frío de inmersión total y violento, esto es peligroso pues
en vez de ayudar genera una congestión mayor de los órganos internos,
especialmente en los pulmones y el corazón. Para evitar estos inconvenientes,
como regla general, toda aplicación de agua fría debe hacerse por líneas y
rápidamente, mojando el cuerpo por los pies en primer lugar, para ir ascendiendo
hasta el cuello sin tocar la cabeza que
se deja libre (esto último es cuando estamos empezando, cuando ya hay mejoría podemos
incluirla también). El baño debe ser corto, buscando en seguida la reacción de
calor con abrigo o ejercicio físico sin llegar a sudar, pues esto anularía el buen efecto de la reacción que deseamos.
Mientras mayor calor
acumule el cuerpo y más fría sea el agua, la reacción será más enérgica y
duradera, lo que equivale a decir que
los beneficios obtenidos serán superiores.
Cuando hablamos de agua fría, no piense que la
sacara del refrigerador para aplicar… no… eso no es correcto… el agua fría debe
ser por acción natural, es decir dejar esta serenando toda la noche, de un pozo
o almacenada en un cántaro de barro. En ocasiones, si en el lugar donde vivimos
está asediado por mucho calor, podemos agregar un par de cubos de hielo, nada más.
Resumiendo: El cuerpo
debe estar con el mayor calor posible, mejor sudando, El agua
debe estar lo más fría que se pueda, la aplicación debe ser breve, de uno a cinco minutos máximo.
debe estar lo más fría que se pueda, la aplicación debe ser breve, de uno a cinco minutos máximo.
Para el caso de
señoras o señoritas en su periodo de menstruación se abstendrán de estos baños
para no perturbar ese proceso natural de purificación. El agua tibia o caliente
no produce reacciones favorables, mientras que el agua fría activa el calor de
la piel.
Las aplicaciones de
agua fría no limitan sus efectos a las funciones de la piel, sino que
repercuten profundamente por la reacción nerviosa que despiertan en todo el cuerpo.
La “impresión” del frío sobre las terminaciones nerviosas de la piel produce
una verdadera descarga eléctrica en todo el organismo que se multiplica y acelera
las funciones vitales y por esa vía, el
cambio orgánico.
El poder estimulante
de la hidroterapia es increíble, recuerdo mis días de hipertensión, fueron días
tortuosos para mi, a pesar que al consumir los medicamentos químicos me
mantenían bien de salud… sabia que al seguirlos usando, después de una década…
me iba a empezar a fallar los riñones,
el hígado, etc.… soñaba cosas horribles, tenía un sueño intranquilo, muchas
veces reflexionaba que quizás no moriría de hipertensión sino de fallo renal u
otra cosa… así que, bajo la idea de la
pastilla milagrosa… intente pasarme de los medicamentos tradicionales a los
naturales para controlar la hipertensión… me asesore con varios naturópatas,
que no aportaron nada bueno… púes me fue peor… tuve otra crisis hipertensiva
que me obligo a estar guardado en el “talleron” (hospital) por dos semanas, al
salir y volver a tomar mis medicinas químicas… me sentí relativamente bien de
salud, pero además estaba confundido y traicionado…
Cuando estaba en
proceso de recuperación en mi hogar, sentí la necesidad de tomar acciones
concretas para salir de mi enfermedad, así que busque ayuda con el médico de
médicos… mi Dios… el me guio y puso los medios adecuados para estudiar terapias
alternativas… así que comencé a investigar, guiado por el espíritu santo… “descubrí”
la hidroterapia… la cual fue una bendición para mi… ya que al aplicarla en mi
vida confirme su poder estimulante en la circulación sanguínea y además sentí sus
efectos desintoxicantes. De todas las sensaciones que experimente la que mas me
impresiono fue cuando calmo la sobreexcitación que mantenía en mi sistema
nervioso y del corazón. (Todo hipertenso duerme mal, a pesar de las medicinas
uno tiene un sueño intranquilo), al realizar mis primeras terapias de frotación
sobre todo mi cuerpo, las palpitáderas eventuales que tenia desaparecieron y el
sueño cambio de intranquilo a uno profundo y reparador… quede anonadado con el
resultado… posterior a ello agregue otras terapias que finalmente me dejaron
libre de medicamentos hipertensivos…
Ok, sigamos con el
tema, para obtener resultados positivos para la salud, debemos seguir ciertas
reglas que optimizan la hidroterapia y el equilibrio térmico del cuerpo.
1.- El cuerpo debe estar en condiciones de
reaccionar con el frío del agua. Debemos verificar antes de aplicar el
agua fría que la piel y los pies del paciente estén calientes. Si están fríos
no puede hacerse, para superar este impase, lo recomendable es calentarlos
haciendo ejercicios físicos, abrigo o fricciones con un trapo seco de lana o
seda o frotación con la mano.
2.- El cuerpo debe “emitir” calor después de
la aplicación del agua fría. Recordemos que las aplicaciones de agua
fría no son para enfriar, sino para despertar la reacción de calor. Si no
logramos tal reacción tendremos una
consecuencia nefasta como resfríos o gripe.
3.- Las aplicaciones de agua fría se deben
hacer con el estómago desocupado. Cuando iniciamos estos procesos, lo
ideal es hacerlo en las mañanas cuando nos levantamos, después de ir a la
letrina a defecar y orinar, cuando cambiamos nuestros hábitos alimenticios,
podemos aplicar esta técnica cuando solo
se ha comido fruta, ensalada o semillas.
Llegamos al final….
La próxima semana continuamos con este
tema, hablando de las técnicas… saludos…